Ya tenía rato de no escribir una entrada por acá y decidí
éste año por fin participar en la dinámica del BlogsNi 2013 y hablar
sobre mí identidad.
Para comenzar pienso que sólo soy una chavala de 24 años que
aún no tiene definido el “¿Quién soy yo?” Pero bueno, para mí eso lo definimos
día a día con todas las experiencias (y cagadas) que nos han pasado en el
trascurso de esto que se llama vida.
Dice mi mamá que para saber quién es mí “yo
mismo” debo comenzar a hacer una introspección y ver mí pasado y ver mí
presente. Pues, ¿Qué les digo? Lo que recuerdo es que desde chavalita he sido
bien independiente (demasiado para el gusto de mi mama). Siempre cuando
salíamos a hacer mandados yo siempre caminada adelante, no me gustaba que me
anduvieran de la mano o cuidando, a veces mí mamá se escondía para ver para
dónde agarraba o sí me ponía como loca a buscarla (o a llorar) pero … NO! Yo
sin saber para dónde iba nunca volvía a ver atrás ni me inmutaba a buscarla. Mi
mamá se arrechaba y dice que hasta la fecha lo sigo haciendo y que nunca me ha
gustado andar con ella y pues, sí es cierto. (Lo lamento mamá, nada personal,
vos ya entiendes como soy yo).
Lo que sí recuerdo es que mi papá nos dejó cuando tenía más
o menos 3 años. Yo estaba chill, pienso que en nuestra sociedad todos tenemos
más de un amigo con padres separados pero, pues en mí caso, ya a mis entrados veinte y tantos es que me han
entrado la necesidad las ganas de compartir con mí papá pero pues,
lamentablemente las visitas de mi papá siempre fueron esporádicas y nuestro
tiempo a solas nunca fue bueno, me hubiera gustado saberlo aprovechar mejor pero,
a como dicen: “El hubiera NO existe”.
Yo soy esa que desde septiembre decidíó cortar toda relación con su papá porque no quise seguir alborotando mis demonios
y amargarme o llorar. Mi mamá (la sicóloga) me ha ayudado a entender que mi
resiliencia (aunque me ha marcado la
vida) la puedo sobrellevar y sacar provecho de ella y no ensimismarme en el
hecho que mi papá me dejó botada que de eso nadie se ha muerto, al menos no
nadie que yo conozca pero, a falta de uno, yo sé que mi pilar y columna
vertebral es y SI EM PRE será: mi
mamá.
Soy esa chavala que desde niñita siempre ha sido “chimbarona
y hombrejona” que le ha gustado rodearse de la compañía de hombres y por eso la
gente le decía a mi mamá que era machorra (jajaja) pero, a pesar de lo que la
gente decía ella nunca les hizo caso porque mi mamá también ha sido así ( y
dicen que ella era peor, ella jugaba en
la calle con los chavalos de la cuadra beisbol, trompo y chibolas con la
camiseta amarrada a la cintura como chavalito jajaja) en fin, nada de eso
afectó mi (o la de mi mamá) preferencia sexual. La gente es un cliché. Fin.
Soy esa que se ríe de nervios, se ríe cuando le duele algo,
se ríe cuando la van a inyectar que a pesar de tener tatuajes odia las
inyecciones, soy esa que odia usar tacones y vestidos pero que ya como
adulta hay que buscar más seriedad en la vida y esas cosas son inevitables. Soy
esa que aprendió que con llorar no se
gana nada pero que en ciertos momentos llorar, escribir y hablar limpian el alma y te ayudan a dejar atrás todo lo malo y a
desatar los nudos que se nos hacen en la garganta de vez en cuando. Soy esa que
a pesar de ser tosca y que a veces dice muchas caballadas aprendió a dar
abrazos más seguidos, a decir te quiero con más frecuencia, aprendió a orar, meditar y
hablar más con mi “yo mismo” soy la que aprendió a tener la mente más abierta y aprender de buenas y malas
experiencias. Soy esa que si puede ayudar a desconocidos, amigos o vecinos lo
hace. En fin, todo eso soy yo. Mi “yo mismo” me dice que todos los días
descubrimos algo nuevo de nosotros pero,
también me dice que tengo que buscar que hacer porque mi mamá no estará todo el
tiempo para aguantarme mis malos y buenos genios todo el tiempo y el tiempo
señoras y señores pasa y contra ése
nadie puede luchar.
En fin, soy Bianca
Félix, la que ahora se ríe más, llora más, abraza más y ama más.